martes, 23 de noviembre de 2010

Páginas en blanco

Estaba ante uno de sus momentos favoritos del día, cuando se sentaba frente a la página en blanco de ese libro que lo contaba todo y, simplemente, escribía. Palabra tras palabra contaba cosas sin importancia, de su vida, de la de los demás... pero fuera lo que fuera siempre terminaba con una sonrisa. Le encantaba aquello. Desde escribir una frase con un poco de sentido que la hiciera sentir bien hasta un texto extensísimo del que tal vez no sacara nada en claro pero con el que se sentía ella misma.
Las páginas en blanco de aquel libro mudo se habían vuelto sus mejores amigas pero, ahora, no tenía nada que contar. ¿Tal era la monotonía de sus días? No había nada nuevo, ni siquiera algo interesante que mencionar a aquellas amigas en blanco. A no ser, claro, que les hablara de Platón o acerca de la Restauración, pero temía aburrirlas. 
Así, que las miró. Las miró bien. Cogió el bolígrafo, puso la fecha y, simplemente, dibujó una cara sonriente.
Y es que, a pocas palabras... mejor sonrisas. 

1 comentario:

  1. Son increíbles las cosas que escribes,pequeña saltamontes.

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