domingo, 28 de noviembre de 2010

Frío, viento.
Se sienta en el sofá. No hay luz. Enciende una vela y la coloca en la mesilla. Coge el libro y lo abre por la página marcada.
"En la oscuridad de mi habitación me dio el beso más dulce que me han dado nunca"
No puede más que sonreír. Qué casualidad. Cierra los ojos y, por unos segundos, deja que su imaginación escape de la razón. Le imagina entrando sigilosamente en la habitación, sentándose a su lado y, mientras se acerca con cuidado, le aparta un mechón de pelo de la cara. Luego, un beso. Uno muy dulce.
Abre los ojos. 
"Es bonito soñar despierta de vez en cuando"- murmura. 

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