Siempre había sido su
pequeño lugar, en el que hablar consigo misma y con quien quisiera escucharla.
Un lugar en el que nunca dejó de recordar a quienes ya no estaban pero, sobre
todo, a alguien en concreto. Cada letra, cada frase y cada coma estaban
dirigidos a una única persona a la que aún recordaba perfectamente.
Sin embargo, a medida
que leía su sonrisa se ampliaba más y más. Y no porque los textos con los que
se encontraba en ese viejo blog fueran precisamente alegres, sino simplemente
por recordar. Por recordar y ver cómo cambiaron las cosas con los años. Cómo,
lo que veía totalmente negro en su momento, acabó por tener su pequeño haz de
luz y cómo, con el tiempo, las cosas empezaron a salir como debían.
Que no era la misma era
un hecho, y lo que la rodeaba ahora mucho menos. Sin embargo, tenía algo
pendiente. Nunca le gustaron las despedidas, pero tuvo claro que éste era el
momento de decir adiós al sitio en el que, sin duda, se sintió más segura por
aquellos años. Tocaba dar una explicación a todos los que necesitaban leerla y,
sobre todo, asegurarles a todos los que se pudieron sentir identificados que
las cosas, al final, y aunque a veces tarden demasiado, cambian. Y así lo hizo.
Sin licencia literaria
alguna comenzó, y fue curioso cómo, después de tanto tiempo sin escribir, las
palabras salieron solas. Cerró la página con la mayor de las nostalgias, pero
con la certeza de que había hecho bien. Palabras Tardías seguiría ahí, para
quien quisiera, incluso para ella misma. Pero, ahora, ella debía empezar en
otro lugar.
Supongo que esto es algo
que debería haber hecho hace ya demasiado tiempo. Palabras Tardías acabó en el
momento en el que las sonrisas de verdad aparecieron en mi camino. Creé el blog
con la intención de contar pero, ya saben, sobre todo a mí misma. Me alegra ver
cómo esa etapa de mi vida ya pasó y cómo aún las sonrisas no se han ido.
Gracias a quien me las
saca cada día, a quienes me animaron a empezar con esto y a quienes lo hicieron
ser incluso más importante de lo que ya era para mi.
Vuelvo a escribir, pero
supongo que en algún otro lugar. Naïve siempre será una parte importante de mi
vida, y este espacio también. Creé Palabras Tardías para decir todo lo que me
callaba de la mejor manera que sabía, para contar mi larguísima historia, pero
sorprendentemente, acabó por llegar a muchas más personas de las que esperaba
en un principio. A todas ellas gracias.
Incluso, a todos los
que llegan ahora, o llegaron tarde, gracias también. Esto seguirá abierto para
todos, ya que tengo claro que no se borra aquello que vives. No me arrepiento
de nada porque, al fin y al cabo, todo esto me ha llevado a donde estoy hoy.
Incluso esa persona de la que tanto les hablaba. Él también me ha llevado a hoy
y, aunque en su momento doliera, nunca podré agradecer todo lo que vino tras
mucho tiempo de espera. Y es que, al final, todo llega.
Gracias, de corazón
Naïve