miércoles, 21 de septiembre de 2011

Y creo que hoy te echo de menos.

Supongo que la cercanía de un 2 seguido de un 3 en las páginas del calendario hacen que se me ponga la piel de gallina, y mucho más cuando es uno de los primeros días del Otoño. 
Y es que, a veces, pasa. Hay días en los que, sin saber por qué, sin tener un motivo aparente, necesito tenerte cerca. No es necesario dar marcha atrás en el tiempo. Simplemente, necesito que estés por aquí, tal y como estabas en aquellos meses. Contarte mil y una cosas, hablarte de todo lo que ha pasado, de todo lo que te has perdido. Decirte que soy feliz, que cumplí aquel sueño por el que tú me dijiste que luchara y que las ganas de gritarlo a los cuatro vientos sólo para que me escuches no desaparecen un instante. 
Que se acabó todo, que no te quiero, pero eres importante. Tanto como fuiste y tanto como serás siempre, a pesar de que la distancia haya hecho mella en nosotros dos. 
Que espero que no exista un solo instante en el que no aparezca una sonrisa en tu cara, y que aún mantengo la esperanza de que la pantalla de mi móvil comience a parpadear, mostrándome esa serie de números que aún recuerdo perfectamente. 
Porque hay días, días como hoy en los que el número 23 no deja de darme vueltas. En los que desearía que ese día nunca hubiera existido, y en los que no dejo de pensar que ojalá me echaras tanto de menos como yo a ti. 


Encuéntrame de nuevo, estoy donde siempre.
Nunca me he movido.

jueves, 8 de septiembre de 2011

I'll always remember you.

La bocina del coche en la calle llegó a mis oídos justo cuando me disponía a escribir el punto y final en aquella frase. Una frase que lo significaba todo y que ocupó un pequeño papel que coloqué sobre mi mesilla de noche. Sabía que ellas, tarde o temprano, regresarían a mi habitación y lo encontrarían.
Cogí el último bolso que quedaba, caminé hacia la puerta y, antes de cerrarla, me despedí de aquel rinconcito que había vivido tantas cosas conmigo. Bajé las escaleras y salí de casa. Todo recto, rumbo al futuro.
Poco después, ya en el coche, a medida que ese paisaje familiar se difuminaba a través de la ventanilla a causa de la velocidad, me dediqué a buscar un poco dentro de mi misma y a sacar a la luz todos aquellos momentos que guardaba junto a ellas.
Por mi mente circularon recuerdos que abarcaban desde ese primer día de instituto en el que éramos unas desconocidas hasta ese último en el que nos despedimos de aquel rincón tan nuestro.
Habíamos vivido tantas cosas juntas... y el tiempo había pasado demasiado rápido. Ahora, volviendo la vista atrás me doy cuenta de lo grande que llegó a ser esto.
Día si y día también, cada uno de ellos con sus risas, sus tonterías, alguna lágrima de vez en cuando pero, al fin y al cabo, días especiales simplemente por pasarlos juntas. A lo largo de todos y cada uno de ellos creamos esta historia formada por todas nosotras, por nuestros recuerdos y la gran amistad que se creó en tan poco tiempo. Una historia que, sabemos, no se borrará.
Pero las cosas cambian, los días pasan y ahora sólo se que, por el momento, toca decir adiós. Adiós a las ocho y media con caras de dormidas, a las once y cuarto con risas y estrés y a las dos y media con alivio. Adiós a las carreras por culpa de fotocopiadoras averiadas, a los desayunos con compotas y a los "¡Yo en la esquina!". Todo eso ya queda atrás. Y yo no dejo de preguntarme qué hubiera pasado si nunca las hubiera conocido a ellas, a mis chicas. Posiblemente todo sería muy diferente, tanto que no querría por nada del mundo tener unos recuerdos en los que ellas no aparezcan.
A medida que la velocidad del coche me aseguraba que ya estaba llegando a mi destino me di cuenta de algo. Acabamos una etapa, pasamos a una nueva página en este libro que hemos creado a lo largo de estos años y, aunque no leamos este capítulo tan juntas como hasta el momento, se que todas lo leeremos y, sobre todo, que nos quedan muchos capítulos de este libro para encontrarnos de nuevo.




Para todas ellas.
Gracias por todos y cada uno de estos días.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Borrón y cuenta nueva

Y, de repente, se dio cuenta. Que había personas que no eran como ella es algo que asumía, pero no le gustaba tener esa imagen precisamente de él. Lo creía diferente. Pensaba ciegamente que, si los demás olvidaban, él no lo haría; al igual que no lo había hecho ella en todo ese tiempo. 
No sabía hasta ese momento que las personas, a veces, te defraudan, y él comenzaba a formar parte de esa cada vez más amplia lista. Era algo que dolía, dolía de verdad.
Y es que, aunque ella recordaba cada pequeño instante a su lado, se dio cuenta de que, al parecer, él ya los había olvidado, todos y cada uno de ellos. Los te quiero sinceros que repetía mentalmente cada noche ya sólo valían para dejarse dormir y las sonrisas al recordar aquellos chistes tontos únicamente salían de sus labios. 
Porque, a pesar de la distancia, mantenía la esperanza de que, al menos, la recordara. Pero, aunque ella se había quedado estancada en un pasado tan real como bonito, él había continuado avanzando, creando nuevos recuerdos en los cuales ella no estaba presente. 
Los suspiros se evaporaron de golpe, su historia tuvo por fin el título de pasado y ella comenzó a caminar hacia un futuro que llevaba mucho tiempo perdiéndose.
Más vale tarde que nunca.


Y ahora, un huequito para un par de cosas que tenía pendientes.
Muchas gracias a Saúl.M.S. (http://saulms.blogspot.com/) por haberme dado este premio y también a Ana! (http://mejorcambiamosdetema.blogspot.com/) por haberme dado este otro. Son esta clase de cositas las que me animan a seguir escribiendo, de verdad :) 



Mis 10 premiados para ambos premios son:
- Todavía quedan huellas, son testigos las estrellas http://hoyvamosacomernoselmundo.blogspot.com/
- Peor que el olvido, fue volverte a ver (http://mequedaperfectalavidaconvos.blogspot.com/)
- #Encontrar el lugar en dónde el horizonte muere♥ (http://fragelle.blogspot.com/)
- En un cajón de mi memoria (http://quizamejorasi.blogspot.com/)
- No hay edad para soñar (http://tengomiedodeolvidar.blogspot.com/)

Y, bueno, además de anunciar a los premiados y comunicarlo en sus blogs, el premio de Ana consistía también en responder a una pregunta. 

¿Sacrificarías el cielo por una persona importante para ti?
Sinceramente, si. Creo que existen pocas personas importantes, pero por las pocas que hay sí que valdría la pena siempre.

Gracias de nuevo, por el premio y por leer. Enhorabuena a los premiados :)
Un abrazo gigante, Naïve