viernes, 31 de diciembre de 2010

2011

Apenas cinco minutos para las doce en punto y ya todos estamos sentados alrededor de la mesa con nuestros respectivos cuencos llenos de uvas. Todos sonreímos aprovechando esos últimos minutos del año, y es entonces cuando recuerdo todos los momentos que pasé en él, tanto buenos como malos, pero, al fin y al cabo, recuerdos de un año más. Y me acuerdo también de aquello que me dijeron hace ya tiempo de que hay que pedir un deseo por cada uva de la suerte que comes. Y es que, si ya los tres deseos del genio de Aladdín me parecían fascinantes cuando era niña, ahora doce me parecen completamente imposibles, pero, aun así, yo pido mis doce deseos que, como dicen siempre, por intentarlo no pierdo nada.
Un minuto para las doce y ya todos en posición de coger la primera uva y con la boca medio abierta. Y en ese momento no se me ocurre otra cosa que pensar que justo esa sería una foto graciosísima para recordar siempre.
Doce en punto, comienzan las campanadas. Y comienzo a murmurar mi docena de deseos. Y pido por todos, felicidad para los que están a mi lado y también para mí misma. Pido por un año lleno de momentos felices, totalmente ingenua sabiendo que también habrán malos momentos, pero la esperanza de que, al menos, uno de mis deseos se cumpla no desaparece.
Y ya estoy en 2011. Me pongo en pie pisando antes que nada con el pie derecho, que siempre me han dicho que hay que hacerlo porque trae buena suerte. Y, en ese momento, entre besos y abrazos lanzo mi primera sonrisa a un año nuevo, en el que no sé qué situaciones y momentos me deparan, pero el que comienzo con la mejor de mis sonrisas, con la esperanza de que no se borre de ahí en los 365 días que quedan por delante.

Feliz 2011, de todo corazón.

martes, 28 de diciembre de 2010

Ella soñaba con despegar los pies del suelo y volar alto, muy muy alto, pero no para llegar a tres metros sobre el cielo como todos, ella quería ir mucho más alto, al menos, a diez metros por arriba. Deseaba estar allí y, despacio, tocar con las yemas de los dedos eso que llamaban felicidad.
Tras una existencia llena de caídas no le quedaba más que soñar.

martes, 21 de diciembre de 2010

Imagina...

... un lugar en el que puedas soñar todo lo que quieras, y en el que no encuentres ni un solo obstáculo que te impida cumplir cada uno de tus sueños.

sábado, 18 de diciembre de 2010

17.

Y te das cuenta de que los que están, están.
Los demás... los demás ya no importan.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Noche de Diciembre helada. Se arropó hasta el más mínimo centímetro de su piel con la gigantesca manta pero, aún así, no lograba hacer desaparecer el frío, y sabía perfectamente por qué. ¿Dónde estaba él cuando más lo necesitaba? ¿en qué lugar se encontraban ahora esos abrazos que le servían de aislante contra el frío pero, sobre todo, contra el mundo? Todo se había ido y a ella no le quedaba más que una manta y una infinita sensación de vacío, cómo no, acompañada por un frío hiriente en la noche más oscura y solitaria que había pasado nunca.
Buscó entre la oscuridad de una calle vacía esa silueta conocida. Pobre ingenua, él nunca aparecería. Y una parte de ella, una demasiado pequeña como para darse cuenta, sí que lo sabía. Pero ella tenía esa esperanza de que apareciera y le diera un abrazo protector de los suyos, y sólo con cerrar los ojos y concentrarse ese sueño se hacía realidad por un instante demasiado pequeño en aquella, al parecer, infinita noche.
 - Feliz Navidad – murmuró un transeúnte.
 - Para los que las tengan, señor – respondió ella desde el suelo.
El señor que pasaba se paró en seco. Se quitó el sombrero y se sentó a su lado. Ella le hizo hueco entre los cartones.
 - Todos merecemos una feliz Navidad, ¿eh? - le dijo.
 - Incluso él – contestó ella.
 - ¿Quién?
 - Alguien que se fue, y que se lo llevó todo consigo. Incluso una parte de mi.
 - Mucha gente se va, eso no quiere decir que una parte de ti deba irse con ellos. Si fuera por eso, yo estaría perdido hace mucho tiempo.
 - ¿Le pasó algo parecido?
 - Parecido, sí. Pero creo que a quien yo echo de menos esta noche se fue mucho más lejos que a quien tú esperas.
 - Lo siento.
 - Anda, vamos. Es Navidad, ¿verdad? Hay que pasarlo bien pero, sobre todo, no estar solo una noche como esta. ¿Te gusta la pasta? Conozco un buen restaurante aquí cerca. Venga, invito yo. - se quitó el abrigo y se lo colocó a ella sobre los hombros.
No pudo más que sonreír. La ayudó a levantarse tímidamente y, a paso lento, recorrieron juntos aquella inmensa calle.
Dejó atrás aquellos sucios cartones y, lo más importante, un montón de recuerdos dolorosos situados de cualquier manera en cada rincón de esa esquina que, durante un tiempo, fue su único hogar.
No sabía entonces que estaba diciendo adiós para siempre a todo aquello, que nunca volvería porque, a partir de esa noche, que al principio parecía horrible, empezaría una nueva vida para esa chica que, hasta el momento, nunca había conocido una feliz Navidad. 

domingo, 12 de diciembre de 2010


 - Feliz Navidad. ¿Te gusta? ¿Crees que es... cutre?
+ No. No, no es... increible. ¿Cómo lo has hecho?
 - Bueno, tuve ayuda de mis elfos. Tu regalo te está esperando en casa, pero he traido un pequeño pre-regalo para tí.
+ Espera, esta es tu historia.
 - Sí, es la original. Está sacado del muelle del cuaderno.
+ Me da algo de miedo leerla... ¿Qué pasó el 8 de octubre de 2005?
 - Ehm... Bueno, accidentalmente fui invitado a una fiesta de cumpleaños, donde conocí a una chica. Solo habló conmigo un par de frases, pero nunca la he olvidado.
+ Espera, ¿tu historia es sobre mí?
 - Sí. 

[Gossip Girl]




sábado, 11 de diciembre de 2010

dame un silbidito



¿Que sientes que te caes? Sujeta mi mano, siempre permanecerá ahí.
¿Cuando lloras? No dudes que tendré un pañuelo cerca y el mejor de los abrazos.
¿Junto a las buenas noticias? Sonreiré contigo sin parar.
¿Junto a las malas? No me moveré de tu lado.
¿En la distancia? Seguiré estando.
¿Tardes aburridas? Cosquillas sin parar.
¿Noches de fiesta? Bailar, bailar y bailar.
¿Todos los momentos? No los olvidaré nunca.

Estaré ahí.

[Para todos aquellos que han demostrado que no se van]



 




CÓMETE EL MUNDO

jueves, 9 de diciembre de 2010

No dejes que el pasado invada tu presente, deshazte de cualquier problema e improvisa tu futuro.


Camina. No mires atrás.

Me encuentro ante la oportunidad de cambiarlo todo. Estoy exactamente a dos centímetros de tus besos y aún me permito el lujo de dudar.
Una parte de mí me dice que me aparte, que salga corriendo y que te deje con la misma sensación con la que tú me dejaste a mí hace ya tiempo. Pero entonces aparece esa yo del pasado, que me dice que te bese, porque ella te necesita. Y tiene razón, ella te necesita, yo te necesitaba hace meses. Pero ya no. Siento decepcionarte pero ya no soy esa estúpida que besaba por dondequiera que pisaras. 
Y es que de todo se aprende, y gracias a ti aprendí a no contar cada segundo en el que no estás a mi lado. Aprendí a tirar el reloj por la ventana y a no malgastar suspiros en personas que no los merecían. Personas como tú.
Así que me aparto de tu boca y, pidiéndole disculpas a esa yo del pasado y asegurándole que, más tarde o más temprano, todo cambiará, sólo te digo una cosa:
- Gracias. Si no fuera por todo lo que pasó ahora mismo sería una idiota. Tanto como tú.
Y me voy, con la cabeza bien alta y con un orgullo que no se me quitará en mucho tiempo. Porque por fin pude hacer lo que debía, planté cara al pasado y lo hice tal y como tenía que hacerlo.

jueves, 2 de diciembre de 2010

El tiempo pone a cada uno en su lugar.
Yo me quedo aquí... tú, por favor, márchate lo antes posible.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Y ahora estoy aquí, viendo que no pudiste olvidar, pero que yo tampoco. Aunque hay una pequeña diferencia. Tú eres feliz, yo intento serlo pisando cada día más fuerte e imaginando que llegará el momento en el que, al menos por un día, no piense en que todo lo vivido a tu lado, a pesar de las duras consecuencias, lo repetiría, cada día, una vez más.